El Dadaísmo inaugura un nuevo modo de pensar. Se
lucha contra todo lo preestablecido, de ahí que sus manifestaciones se
denominen antiartísticas. El poeta Tristán Tzará se considera el padre de este
movimiento, escribió Siete Manifiestos Dadá. La palabra "dadá" fue
hallada por Tzará al abrir al azar un diccionario, y según sus propias
declaraciones, no posee ningún significado. Él afirma que el dadaísmo siempre
fue una protesta, de ahí que también se le conozca bajo el nombre de arte de
repulsa. En la fundación del dadaísmo confluyen la decepción ante la situación
mundial, sobre todo las consecuencias de la 1a Guerra Mundial, el desencanto de
pintores escasamente reconocidos y el deseo de llevar la pintura a la
destrucción que por entonces asolaba Europa. Prima el azar, aunque éste dé como
resultado obras incomprensibles y faltas de un orden aparente. El objetivo era
escandalizar a la burguesía. Algunos de sus más importantes representantes son:
Francis Picabia, y sus máquinas en que se burla de la ciencia y Marcel Duchamp,
cuya principal aportación es el ready- made. Éste consiste en sacar un objeto
de su contexto para situarlo en otro distinto que pertenece al ámbito de lo
artístico. Esto supuso una gran transformación del concepto de arte. Los
cimientos en los que se había fundamentado el arte empiezan a resentirse muy
seriamente. “La Fuente” es la obra más conocida del artista francés Marcel
Duchamp. Fue creada en el 1917. La obra consiste en un simple urinario
masculino, de color blanco y con una inscripción en tinta negra corrida, es un
ready-made inventado con la intención de crear el "antiarte",
rebelándose en contra de las formas artísticas tradicionales. La Fuente fue la
primera obra conceptual de la Ha y fue elegida la obra más influyente del s.XX.
Información encontrada en:
http://iesdrfdezsantana.juntaextremadura.net/web/departamentos/ccss/2bachill/arte/dadaismo_surrealismo.pdf
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