jueves, 10 de diciembre de 2015

Camille Claude, la dama desgarrada por el amor.

Camille Claudel vino al mundo el 8 de diciembre de 1864 en Fère-en-Tardenois. Paul Claudel, su hermano fue quien tuvo una influencia decisiva en la vida de su hermana.
A su llegada a París la familia se instaló en el barrio de Montparnasse, ya por entonces zona bohemia y repleta de estudiantes y artistas. Allí, Camille pudo dar rienda suelta a su talento artístico gracias a su padre, quien contactó con el escultor Alfred Boucher para que aceptase a su hija en su academia parisina, la Colarossi, ya que la Escuela de Bellas Artes no aceptaba mujeres entre sus alumnos.
Durante casi tres años, Camille, Jessie y el resto de aprendices trabajaron a las órdenes de Boucher, hasta que, a mediados de 1883, éste marchó a Italia y, en su ausencia, pidió a un reputadísimo escultor, amigo suyo, que se hiciese cargo de sus alumnas. De esa manera conoció Camille Claudel a quien sería el hombre más importante de su vida: Auguste Rodin. Junto a Rodin realiza numerosos encargos entre los que destacan “Los burgueses de Calais” y “Las Puertas del Infierno” encargo, hecho a Rodin en 1880 para el futuro Museo de Artes Decorativas de París.
Con Boucher y Dubois la adentración en el realismo naturalista (estilo donde realiza cabezas y bustos que tienen como modelos a sus familiares). Búsqueda de la emoción a través de la exageración de los rasgos y el Arte de esculpir la emoción.

CARRERA EN SOLITARIO
El trabajo fue la mejor medicina que Camille encontró para el dolor causado por la ruptura con Rodin. Presa de los celos, tanto personales como artísticos, se dedicó en cuerpo y alma a la escultura. Entre 1899 y 1905 surgieron de aquel taller obras como “El Vals”, “El Pensamiento”, “La Ola” o “El Abandono”. Aunque sus mejores obras habían quedado atrás, atrapadas en el tiempo que pasó junto a Rodin, esta fue, sin duda, la época más fructífera para la Camille Claudel artista.
EL ABANDONO, 1905

LA LOCA DE MONTDEVERGUES
Ya durante 1905, Camille había dado signos de inestabilidad mental. Todos los síntomas indicaban que Camille padecía esquizofrenia, pero gracias a su padre, el único de su familia que siempre creyó en ella, se libró de ser internada en un manicomio como pretendían tanto la madre como los hermanos de la artista. Camille vivió sus últimos años en la más absoluta soledad.  Falleció en Montdevergues, olvidada de todos, el 19 de octubre de 1943.
Otras de sus obras más singulares son:
A VALSA, 1892

La información ha sido escogida de wurtz3I en abril de 2012.

                            

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