Frente a la concepción de la escultura como el resultado de un
proceso de sustracción, existen varios procedimientos donde la expresión del
volumen se alcanza mediante un concepto inverso, el de la adición. La ocupación
del espacio escultórico mediante la manipulación de materia blanda (barro, yeso
o cera) hasta alcanzar la forma ideada constituye uno de ellos. Estos
materiales son trabajados con puntas de madera, distintos tipos de paletas y
paletillas, telas húmedas y, fundamentalmente, la mano, que otorga una
dimensión creativa directa a la tarea. En el caso de la pieza escultórica
modelada es preciso diferenciar la que constituye una obra final concebida como
tal o la que supone un momento del proceso que desembocará en la obra
definitiva, bien en piedra o bien fundida.
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