La escultura en bronce exige un modelo concebido con anterioridad
cuyo volumen sea idéntico. A partir de ese original se realizan en negativo los
moldes, que permiten el vaciado, lo que hace posible llevar a cabo cuantos
originales se deseen mientras estos se conserven. El procedimiento más habitual
es la fundición en hueco, que exige la construcción de un núcleo, a modo de
soporte, sobre el que se colocan los moldes, dejando un espacio vacío para la
aleación. Otro método muy común es el de la cera perdida: consiste en revestir
de cera un soporte de material refractario; una vez modelada la cera, se cubre
de nuevo y se calienta; la cera se funde (sale por unos agujeros hechos
previamente) y deja el hueco que habrá de cubrir la aleación. Esta tarea se
realiza, por lo general, en talleres especializados. Una vez extraída la
escultura, se lleva a cabo una labor de retocado y pulido.
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